Debanhi, Víctima de dos «narco juniors» « Todo Nathy
abril 28, 2022

Debanhi, Víctima de dos «narco juniors»

Jehieli Sarahi e Ivonne Alejandra, sus «amigas», la regenteaban clandestinamente en fiestas a las que acude el crimen organizado

*Juan David Cuéllar «el chofer de cionfianza» es amigo de la ex modelo y actual esposa del gobernador de Nuevo León

*La Quinta donde se efectuó la fiesta a la que acudió Debanhi Susana es propiedad de Juan Cisneros Treviño alias «El Juanito», líder del Cártel de Noroeste

Poco a poco el velo del misterio ha comenzado a retirarse del caso de Debanhi Susana Escobar Balzaldúa, aquella joven de 18 años de edad que estudiaba abogacía en la Facultad de Derecho y Criminología en la Universidad Autónoma de Nuevo León y que fue reportada como desaparecida desde el pasado 8 de abril y encontrada muerta en el interior de la cisterna de un Motel, el pasado jueves 21, en el municipio de Escobedo, ubicado en el Estado de Nuevo León.

Y es que de acuerdo con nuevos resultados de investigaciones proporcionados a este medio informativo, Debanhi fue víctima de un par de «narco juniors» que asistieron a la misma fiesta que ella, y que fue invitada por sus «amigas» Jehieli Sarahi López e Ivonne Alejandra Ramírez a quienes conoció por facebook hacía solamente cinco meses. No se frecuentaron mucho personalmente pero si sostenían largas pláticas mediante dicha red social y hasta intercambiaron números de teléfono celular para estar más en contacto y a cualquier hora.

Durante dicho lapso, esa «amistad» se fue acrecentando al grado de que incluso, Jehieli e Ivonne le comenzaron a proponer a Debanhi que explotara su físico «sacándoles lana a chavos riquitos» y que juntas podían iniciar un buen negocio sin la necesidad de que se enteraran sus respectivas familias.

Lamentablemente Debanhi Susana mordió el anzuelo y con tal de experimentar cosas nuevas, accedió a trabajar con sus «amigas» y esperó a que ellas le avisaran de cualquier evento que se realizara con la high Society en el municipio de Escobedo, en la Ciudad de Monterrey y en San Pedro Garza García.

Y así sucedió en algunas fiestas a las que asistieron las tres chicas en San Pedro Garza García, donde cobraban por sus servicios a aquellos jóvenes clientes que en esos momentos las contrataban.

De acuerdo con agentes policiacos encargados del caso, así continuaron trabajando, hasta que llegó aquel fatídico día cuando Debanhi y sus dos amigas acudieron a una Quinta ubicada en la colonia Nueva Castilla, que al parecer es propiedad de Juan Cisneros Treviño alias «El Juanito» actual líder del Cartel de Noreste, a donde acudieron varios jóvenes que son hijos y familiares de poderosos narcotraficantes que operan en la zona norte del país y que muchos de ellos están radicados en San Pedro Garza García, Monterrey y en la colonia Nueva Castilla.

Durante el convivio, las tres chicas bebieron alcohol además de que probaron algunas sustancias tóxicas y fue entonces cuando comenzaron a ofrecer sus servicios sexuales y cuando «cayeron» los primeros clientes, acordaron retirarse de la fiesta para dirigirse al Motel Nueva Castilla que es propiedad de José Fernández Pérez y José Barros Janeiro, ambos de nacionalidad española y quienes desde hace más de 30 años se dedican al negocio de los hoteles turísticos y «de paso».

En una plática telefónica que sostuvieron con el autor de esta columna los empresarios aseguran que antes el Motel Castilla tenía un giro turístico y con el tiempo decidieron cambiarlo a sus funciones actuales, toda vez que no les redituaba lo suficiente para su mantenimiento ni para los salarios de sus trabajadores.

«Es la primera vez que nos sucede este tipo de situaciones, aquí nunca se había cometido ningún crimen ni tampoco habían surgido problemas, tenemos instaladas cámaras de seguridad en puntos estratégicos para vigilar cada movimiento que se registra en el inmueble y efectivamente hay videos en donde si se ve a la chica entrar caminando al Motel y dirigirse hacia la administración, donde incluso, unos empleados le indicaron que ya la estaban esperando unos clientes».

Los propietarios del Motel aseguran que desconocen si sus empleados tienen algún tipo de conexión con integrantes de grupos que se dedican a la trata de personas, situación que ya es investigada por las autoridades, aunque fue motivo para que dicho inmueble quedara asegurado hasta que concluya el caso.

Sin embargo, existen otros videos que fueron captados por las cámaras de seguridad donde se observa el momento en que después de que Debanhi entra al Motel, se dirige a la recepción y recibe la indicación de uno de los empleados de que ya la están esperando, ella se dirige hacia el fondo de un pasillo y se mete a una habitación.

Ahí la estaban esperando dos jóvenes «narcojuniors» –de quienes no se ha proporcionado su identidad- para saciar sus necesidades sexuales bajo el efecto del alcohol y la droga. Cabe señalar que ambos sujetos entraron en un automóvil Mini Cooper color rojo al que no se le alcanzan a distinguir las placas y «curiosamente» no les pidieron que se registraran como huéspedes.

Cuentan los informantes que la sorpresa que se llevó Debanhi fue que al entrar en esa habitación estaban dos tipos en lugar de uno, por lo que ella se molestó y no quiso acceder a ofrecer sus servicios e intentó salirse, pero sus victimaron se lo impidieron y comenzaron a forcejear con ella.

La joven intentó gritar pero uno de ellos la tumbó sobre la cama, la comenzó a ahorcar, mientras el otro le trataba de quitar la ropa, pero como ella se defendía con patadas y rasguños, inesperadamente recibió fuertes golpes en la cabeza con las culata de un arma larga que llevaban, lo que le provocó la muerte.

Una vez que cometieron el asesinato, aquellos criminales, quienes al pazrecer ya eran conocidos de los empleados de recepción del Motel, sacaron a la chica en su auto y se la llevaron. No se sabe al momento donde la mantuvieron oculta durante 13 días, pero al momento en que el cuerpo comenzó a descomponerse, optaron por regresar en otro auto y bajo la supervisión de los mismos empleados de la recepción pasaron por un área donde no podían ser captados por las cámaras y se dirigieron a la parte trasera del inmueble, bajaron el cuerpo del auto que estaba envuelto en sábanas y metido en una bolsa de plástico color negro.

Una vez que lo desenvolvieron, lo colocaron en una cisterna que ya no estaba en funciones, que horas antes no tenía agua, solamente lodo cuyo espesor no llegaba ni a los cincuenta centímetros de espesor. Pero en esos momentos, «casualmente» ya estaba llena con agua. Una vez cometida esa acción, los presuntos responsables se retiraron del lugar.

Horas después, fue cuando los mismos empleados que participaron en la «siembra del cadáver» llamaron a la policía para notificar que se habían percatado de un olor fétido que emanaba de la parte trasera del hotel y que cuando se acercaron pudieron ver que había un cadáver en el interior de una de las cisternas.